El workshop realizado en Europa fue una oportunidad muy bonita para poner en "Stand by" parte del conocimiento adquirido en la ciudad de Bogotá, y permitirnos sacarle el máximo de provecho a todas la vivencias que se dieron en el taller de Europa. Sensibilizarnos diría que fue la palabra clave que describe nuestro objetivo en el taller; dejarnos afectar por nuestro entorno e involucrarnos en él, entender la cultura, identificar las soluciones de los problemas de la cultura europea en general y desglozarlas para decidir si la respuesta es la apropiada o confirmar que hay un espacio para un aporte o intervención.
La oportunidad de compartir en el día a día con arquitectos y diseñadores que tienen una visión completamente distinta de su desempeño profesional, al que se tiene en Latinoamérica nos permite identificar las brechas y falencias de ambas culturas, permitiéndonos implementar los aspectos positivos en la otra; es decir, tomar lo bueno de una y ponerlo en práctica en la otra y biceversa, de la misma forma que se toman los errores identificados como conocimiento o experiencia adquiridos para implementarlo en todo lo que se refiere a estas disciplinas.
En resumen tener la posibilidad de participar en un workshop internacional es una experiencia única que no se debe dejar pasar por alto. Sin embargo los aspectos organizacionales de desarrollo del taller son definitivos para hacer rendir al máximo el tiempo, y muchas veces los cambios a ultima hora de planes, o la falta de puntulidad del grupo puede retrasar un poco ciertas actividades que a la larga terminan perjudicando a los estudiantes mismos. Si viaja, aproveche cada segundo al máximo pues esta actividad no debe ser vista como un peso material (que también lo es por ejemplo en una hoja de vida) sino como una apretura mental.
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